La psicología educativa (o
psicología educacional) es el área de la psicología que se dedica al estudio de
la enseñanza humana dentro de los centros educativos; comprende, por tanto, el
análisis de las formas de aprender y de enseñar, la efectividad de las
intervenciones educativas con el objeto de mejorar el proceso, la aplicación de
la psicología a esos fines y la aplicación de los principios de la psicología
social en aquellas organizaciones cuyo fin es instruir. La psicología
educacional estudia cómo los estudiantes aprenden y se desarrollan, a veces
focalizando la atención en subgrupos tales como niños superdotados o aquellos
sujetos que padecen de alguna discapacidad específica.
Cada vez que educamos a un niño,
ya sea como padres o docentes estamos poniendo de manifiesto todas nuestras
expectativas, creencias, valores y hábitos. Cada experiencia educativa pone de
manifiesto toda una serie de experiencias anteriores, esto es nuestro “estilo
educativo”.
Vamos a identificar cuatro
estilos educativos diferenciados entre sí, cada estilo tiene una manera
particular de sentir, pensar y actuar sobre el alumno, además cada estilo tiene
consecuencias en el comportamiento futuro de ellos.
El estilo Punitivo: Estos docentes se caracterizan por prestar su
atención en los comportamientos inadecuados, en las imperfecciones, errores y
equivocaciones. Castigando de todas las maneras posibles cualquier desviación,
castigando intermitentemente y con muchas amenazas previas. Elogian solamente
el comportamiento sobresaliente ignorando el desempeño normal de los alumnos.
Generalmente piensan: “tiene obligación de obedecernos”, “debe aprender a
comportarse de manera adecuada”.
El estilo Inhibicionista: Estas personas prestan poca atención a la
conducta adecuada del alumno, castigan de vez en cuando los comportamientos
inadecuados, exponen a los niños a influencias sin control (televisión,
internet, amigos, etc). Esperan que los niños tengan iniciativa propia, para
ellos el educador únicamente tiene que posibilitar el desarrollo normal sin
poner impedimentos al mismo. Piensan: “cuanto antes compruebe lo dura que es la
vida mejor para ellos”, “si resuelves sus problemas les impides que aprendan”.
El estilo Sobreprotector: Se caracteriza este estilo por tratar de
evitar las penas al alumno, el profesor trata de facilitar las tareas a veces
demasiado. Da pautas fijas para que el alumno siga en forma muy minuciosa y siempre
vigilando de que se cumpla. Estos docentes constantemente están guiando y
supervisando, evitando que el niño tenga conflictos o problemas. Realizan
además frecuentes llamadas de atención sobre riesgos o peligros,
atemorizándolos con esto. Se piensa que: “yo soy totalmente responsable de que
le pueda ocurrir a mi alumno”, “el niño no sabe, no puede”, “todavía es pequeño
para...”.
El estilo Asertivo: Aquí la capacidad del docente consiste en
dirigir el aprendizaje y la conducta de niño, propiciando el desarrollo
personal. El profesor da pautas, disciplina pero da la posibilidad al alumno de
desarrollar sus ideas, de argumentar. Este docente propicia la comunicación y
el respeto del alumno, fijando su atención en los aspectos más positivos de su
conducta y castigando con firmeza y regularmente las conductas inaceptables.
Estos docentes piensan: “el niño necesita aprender a comportarse y adquirir hábitos
y destrezas”, “aprenderá progresivamente pasando por fases de imperfección”.