Freud realiza una descripción del
desarrollo psicosexual, el cual define de acuerdo con etapas que se distinguen
por los diversos objetos y actividades que se relacionan con la satisfacción de
los impulsos durante cada una. El nombre de cada una refleja los cambios en las
áreas de la satisfacción sexual a medida que el niño madura.
Las etapas que Freud determinó
son las siguientes:
Etapa Oral. (Del nacimiento hasta
los 18 meses)
La etapa de la lactancia. Todo el
placer, todo el interés está centrado en la zona de la boca y la succión. El
niño experimentará placer con todo lo relacionado a la boca. El niño busca en
forma constante satisfacer sus impulsos y son incapaces de demorar la
gratificación en forma deliberada.
Durante esta etapa la
personalidad del niño consta principalmente del Ello.
Etapa Anal. (18 meses a dos o
tres años)
Según Freud en la primera etapa
de esta etapa el niño obtiene placer de los movimientos intestinales.
Posteriormente adquiere el control de los músculos del esfínter y deriva un
gran placer de retener los movimientos intestinales para aumentar la sensación
anal. Estas conductas se oponen a los deseos de la madre, como resultado de
este conflicto el niño comienza a formar su Yo, una conciencia de que ciertas
cosas son posibles en tanto otras no. El niño empieza tener autonomía.
Etapa fálica. (2-3 a 6 años)
Se le da esté nombre no sólo
porque la zona de la sexualidad se ha desplazado de la región anal a la
genital, sino también porque el centro del placer se establece en el falo. Los
varones experimentan orgullo por tenerlo y las mujeres lo envidian, es decir se
convierte en la primera importancia para la sexualidad tanto de niñas como de
niños.
Diferenciación de sexos y género.
De acuerdo con Freud, el
desarrollo normal lleva ahora al niño a pasar por el complejo de Edipo, cuando
su creciente conocimiento de los significados sexuales del área genital lo
hacen desear a su madre y querer suplantar inconscientemente al padre. En las
niñas de cuatro a seis se presenta el complejo de Electra, que las lleva a
sentir celos de la madre. Aparece el Superyó.
Etapa de Latencia. (6 a 11 años)
La resolución del complejo de
Edipo marca el paso a la siguiente etapa. Los impulsos sexuales se adormecen y
hay una identificación continua con el progenitor del mismo sexo, lo cual
permite que el niño comience a formar un superyó.
Etapa Genital. (11 años en
adelante)
Después de este periodo de
neutralidad sexual el niño entra en la adolescencia y etapa de la madurez
sexual. Comienza a establecer vínculos heterosexuales que caracterizan a las
relaciones sexuales adultas. El Superyó se vuelve progresivamente más flexible.
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